Viernes 1 de Mayo de 2015, 20:56

Basavilbaso celebró su fiesta patronal

| El Obispo de la Diócesis de Gualeguaychú, Monseñor Jorge Lozano, en el marco de la visita pastoral que efectúa a la ciudad, encabezó la celebración de la Santa Misa por la festividad patronal en la parroquia "San José Obrero".


Este jueves, 30 de abril, el Obispo Monseñor Jorge Eduardo Lozano comenzó su visita pastoral a la Parroquia. Entre las múltiples actividades que realizó visitó el hospital, se reunió con padres de niños y niñas que cursan catequesis, encabezó la celebración de la Santa Misa en la Capilla "Nuestra Señora del Valle" y compartió la cena, organizada por la Comisión Pro-Templo, que se sirvió en el quincho de la Cooperativa Ganadera El Pronunciamiento en Colonia Nº 2. El Obispo, que viajará en las próximas horas a Victoria, reanudará la visita pastoral de Monseñor Lozano se reanudará el jueves 7 y se extenderá hasta el domingo 10. Hoy debido a las malas condiciones del tiempo no se realizó la procesión prevista, y a las 15,30 hs. el Obispo y los fieles rezaron el Rosario en el interior del templo, donde a las 16 hs. se celebró la Santa Misa. Durante la homilía el Obispo dijo que celebrar esta fiesta "tan linda" de San José Obrero "nos hace pensar en él como un hombre de trabajo. Qué José sea trabajador no es una cuestión ocasional o superficial sino que tiene que ver con con un José que cumple con la voluntad de Dios". "San José no solo cumplió la voluntad de Dios llevando a María a su casa, cuidando al niño Jesús sino también por medio del mismo trabajo. Porque en el plan de Dios está el trabajo humano, Dios no nos pensó sin ocupación y no es que nos pensó con un trabajo como para tenernos entretenidos, como para que no molestemos sino que pensó que en nosotros colaborando con Él en la obra creadora por medio del trabajo humano", prosiguió. El Obispo de la Diócesis de Gualeguaychú aseguró que "Dios nos hace partícipe de la obra creadora. El trabajo humano nos ayuda a poder hacer de esta creación de este mundo inmenso y maravilloso que Dios pone en nuestras manos, un hogar para todos nosotros". "El trabajo hace del mundo una casa, el trabajo hace también que la sociedad si se organiza con justicia sea expresión de la fraternidad a la cual nos llama", enfatizó. Monseñor Lozano dijo que hay una expresión del catecismo de la Iglesia Católica que dice: "Dios antes que revelarse a la humanidad por medio de palabras se manifestó por medio de la belleza de la creación", y que la parte culminante de su creación "somos nosotros, manifestaciones preciosas de la presencia de Dios es el mundo, y el trabajo nos ayuda a poder participar, colaborar con Dios en esta belleza de la creación". "El trabajo no es solamente mirado en su faz productiva sino también en aquello que tiene que ver con participar en la belleza. El arte en este sentido también es trabajo. La poesía también es trabajo. El trabajo no es solamente lo que hacemos de manera rentada sino aquello que hacemos para hacer de este mundo una creación mejor, porque Dios nos entregó el mundo para mejorarlo para que podamos llevarlo a su plenitud, fundamentalmente a través de nosotros como familia humana vivir en el en relaciones de fraternidad", afirmó el religioso. El Obispo pidió mirar a José como trabajador, "a él que tanto se dedicó y apreció a su trabajo se lo identificó con su quehacer. Se lo conocía como el carpintero, cuando en su pueblo alguien preguntaba por el carpintero sabían que pregustaban por José y por eso a Jesús lo conocen como el hijo del carpintero y no de una manera despreciativa o despectiva sino mostrándonos de que manera la identidad de José tenía que ver con su trabajo, fundamentalmente manual como tantos trabajos...un trabajo que a través de la fuerza de sus manos y la delicadeza de algunos movimientos transformaban la madera en aquello que hacía falta". "Esta mañana -recordó el Obispo- rezaba pensando en las manos de José. Hay oficios que dejan huellas en las manos, uno puede mirar algunas manos y saber a qué se dedica la persona. Las manos de José eran manos de carpintero, manos que fueron las que sostuvieron a la Virgen María acompañándola a Belén...manos que recibieron al niño Jesús en el momento del nacimiento, las manos que acariciaron, que sostuvieron con fuerza cuando tuvieron que escapar y huir a Egipto, las manos que acariciaron y enseñaron a Jesús el oficio de carpintero, que lo cuidaron, que le expresaron ternura...manos que expresaron firmeza. Esas manos de San José son las que nos cuidan también a nosotros hoy, José sigue cumpliendo la tarea de cuidar de toda la Iglesia, cuidándonos a todos nosotros de manera particular a esta comunidad y las comunidades que tienen a San José como Patrono. Manos que no cuidan con firmeza y nos tratan con ternura". "En este día que lo celebramos (a San José) como Patrono pidámosle al Señor que nos ayude a experimentar en nuestro corazón la presencia cercana de San José, que el Señor quiso regalarnos así como le regaló a José a la Virgen María y al niño Jesús. Para que nos proteja y cuide con el cariño de Dios. Pidamos que en la fe podamos percibir la necesidad de expresar la belleza de la creación a través de nuestro trabajo, pidamos por todos los hombres y mujeres que tienen un trabajo digno para que sepan tener acción de gracia en sus corazones. También por aquellos que tienen dificultades en su trabajo, por los que buscan y no encuentran, por los que son explotados o marginados...", prosiguió. En el tremo final recordó que el Papa Juan Pablo II decía que "el trabajo es el articulador de la cuestión social", lo que a su entender sintetiza que el trabajo "es lo que organiza a una sociedad para que sea justa y solidaria o para que sea excluyente y despótica, según como sea el trabajo en una sociedad es la sociedad que tenemos...Comprometámosno para construir justicia y solidaridad como Dios lo soñó y puso en nuestras manos", concluyó.