Lunes 12 de Junio, 02:02

Uruguay campeón del Mundial Sub 20

Fútbol | En el estadio Único de La Plata, Uruguay derrotó 1-0 a Italia con gol de Luciano Rodríguez y consiguió el primer Mundial Sub-20 de su historia.


Uruguay se impuso en la final del Mundial sub-20, jugando con autoridad y demostrando un dominio absoluto desde el primer minuto.

La Celeste superó a su rival en todos los aspectos del juego, destacando en la posesión del balón, el control territorial y la creación de jugadas de gol.

En el primer tiempo, Italia tuvo grandes dificultades para cruzar la mitad de la cancha debido a la presión intensa ejercida por Uruguay.

Cada vez que los italianos intentaban controlar la pelota y reducir el ritmo del encuentro, la férrea presión uruguaya los obligaba a perderla rápidamente.

El arquero Desplanches fue la única razón por la cual la Celeste no logró romper el empate.

La ocasión más clara llegó en un cabezazo de Duarte, pero Uruguay puso en apuros a la defensa italiana en varias ocasiones.

El centrocampista Fabricio Díaz se destacó como el líder del equipo, ordenando a sus compañeros desde el centro del campo, moviendo los hilos del juego, recuperando balones e incluso intentando disparos desde fuera del área.

En los últimos 90 minutos, tuvo tres disparos desde larga distancia. Las nuevas generaciones de Uruguay han demostrado ser altamente competitivas, combinando la conocida "Garra charrúa" con una gran habilidad técnica.

La Celeste no solo se basa en la determinación y la fricción, sino que también posee argumentos para dominar el juego y adueñarse del balón.

Por esta razón, cuando Italia intentó reaccionar en la segunda mitad, los sudamericanos lograron mantener su superioridad.

En el segundo tiempo, los italianos se adelantaron en el campo y añadieron un delantero de gran envergadura física, lo que les permitió enviar más centros al área.

Uruguay respondió cortando en el centro del campo y lanzando rápidos contraataques.

Sin embargo, la segunda mitad careció de oportunidades claras de gol debido a la falta de lucidez de ambos equipos en la definición de las jugadas.

Fue en los últimos minutos cuando la justicia se reflejó en el marcador.

A los 85 minutos, después de una serie de rebotes en el área tras un córner uruguayo, Luciano Rodríguez cabeceó el balón al fondo de la red. Era un gol merecido para la Celeste, que había buscado incansablemente durante todo el partido.

Tras una revisión exhaustiva del VAR, que previamente había anulado una tarjeta roja a Prati, de Italia, el gol fue validado, desatando la euforia en las filas uruguayas.

El árbitro perdonó algunas expulsiones a jugadores italianos y añadió 11 minutos de tiempo agregado, pero ni siquiera así Italia logró inquietar a Uruguay, que supo manejar el resultado a pesar del desgaste físico y mental.

Fue una victoria contundente, ya que aunque la diferencia en el marcador fue mínima, la Celeste limitó al máximo a un equipo que se perfilaba como favorito.